Campaña para preservar la posidonia seca de las playas alicantinas
Cada vez surgen más iniciativas para dar a conocer la importancia de la posidonia, tanto cuando está viva y sumergida bajo las aguas, como cuando muere y aparece en forma de hojas secas en la orilla, formando grandes acumulaciones en las playas. La posidonia es un verdadero bosque submarino que actúa como todos los bosques, capturando CO2 de la atmósfera y liberando oxígeno, y además lo hace con tal intensidad que deja atrás a la propia Amazonía, según han descubierto los expertos.
Sin embargo, cuando muere y sus hojas secas van a parar a las playas, sigue cumpliendo una misión fundamental: actuar como escudo protector frente a los temporales, reteniendo la arena y evitando que la playa se reduzca.
Ahora, la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alicante ha iniciado una campaña de sensibilización ambiental sobre la Posidonia oceánica y las ventajas ambientales que tienen estas acumulaciones de ‘algas’ secas sobre las playas y calas.
Es una campaña que se desarrollará durante todo el presente mes de marzo e informará in situ a la ciudadanía sobre los beneficios de esta plantain situ, que vive únicamente en el Mediterráneo y su presencia asegura aguas de buena calidad, transparentes y bien oxigenadas.
Las largas hojas de posidonia que se desprenden de las praderas submarinas son arrastradas por las olas hacia la orilla, generándose acumulaciones que se conocen como arribazones. Su presencia en las playas “indica que cerca hay una pradera sumergida de posidonia, lo que es una clara señal de que las aguas de baño están limpias y libres de contaminación”, señala la concejalía de Medio Ambiente.
Por ello, se informará a los ciudadanos de que estas arribazones sirven para frenar y amortiguar el oleaje en la orilla cuando hay temporal, de modo que ayudan a preservar la arena de la playa, evitando que desaparezca por el oleaje.
El Ayuntamiento ha renovado los paneles informativos sobre las arribazones que instalaron hace cinco años en ocho mesas interpretativas entre las playas de Urbanova y el Cabo de la Huerta. Además, tres días por semana durante marzo, educadoras ambientales del Ayuntamiento explicarán in situ la función de estas acumulaciones de ‘algas’ (que en realidad son plantas submarinas), aprovechando que en esta época suelen ser bastante visibles.
Los daños de una retirada indiscriminada
Los daños de una retirada indiscriminada Sin embargo, no siempre la gestión que se hace de este material es la adecuada. Vista como un simple residuo por muchos empresarios hoteleros (que consideran que estas arribazones molestan a los turistas), suele ser retirada de forma indiscriminada y por medios mecanizados, dejando la arena de la orilla a expensas de los temporales. De este modo, las playas se reducen y pueden llegar a desaparecer.
Así lo advierte un estudio elaborado por el doctor en Geografía y Geología de la Universitat de les Illes Balears (UIB), Francesc Roig, en colaboración con otros investigadores, que alerta de la gran cantidad de arena que tractores y excavadoras se llevan cuando retiran la posidonia seca.
Además, al retirarse este material de forma masiva con maquinaria pesada, también se lleva al vertedero mucha arena de la playa. Analizando el volumen de posidonia retirado en 19 playas de Baleares entre 2010 y 2018 cuantificaron el volumen total en 39.343 toneladas, que llevaban un 82,1% de sedimento (arena) intercalado, lo que supone una pérdida de arena de 27.583 toneladas en dicho periodo.
Estos resultados, añade Roig, son muy parecidos a los que se registran en las playas de Alicante y del resto del Levante español.
Sin embargo, el geólogo asegura que en algunos casos concretos, como en la isla de Ibiza, sí se siguen protocolos adecuados para la retirada de la posidonia muerta. Se retira durante la temporada de verano, cuando hay menos temporales, y se deposita en unos solares aledaños, donde permanece guardada hasta que llega el otoño y vuelve a depositarse sobre la orilla. No es, sin embargo, la tónica general, pues a menudo los gestores de las playas no observan ninguna precaución sobre un elemento tan importante, agrega Roig.
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