(Imagen de Oregon State University)
A pesar de que muchas veces los seres humanos tendemos a pensar que los residuos dejan de ser un problema una vez nos hemos desecho de ellos, el caso de los plásticos y microplásticos en el mar muestra cómo esto no es así. Una vez en el mar, especialmente los microplásticos son consumidos por todos los tipos de animales marinos, y conforme van siendo ingeridos a lo largo de la cadena alimentaria los elementos tóxicos de los microplásticos se van bioacumulándo, es decir, que cuando un animal se alimenta de otro, la cantidad de microplásticos en su organismo se ha de sumar a la que tenía el animal del cual se ha alimentado, y si este tiene un depredador que lo consume ocurre lo mismo.
Algunos de estos tóxicos además se biomagnifican, lo que quiere decir que su toxicidad aumenta con la dosis. Por tanto, teniendo en cuenta que el ser humano se encuentra en muchas ocasiones al final de esta cadena trófica, alimentándose de grandes depredadores, se puede determinar que, especialmente cuando hay un elevado consumo de estas especies de animales marinos, existe un riesgo para la salud humana.
(Imagen de gentlemanrook, Wikimedia Commons)
Los plásticos tienen propiedades similares a las grasas naturales, de modo que pueden absorber y concentrar contaminantes presentes en el agua, ya que los productos químicos derivados de la degradación de los plásticos tienen la capacidad de adherirse a sustancias como los lípidos, siendo asimilados por el cuerpo, como ocurre en el caso de un monómero utilizado para la producción de plásticos, el bisfenol A, que es absorbido por el organismo a modo de estrógeno sintético.
Según el GESAMP (Group of Experts on the Scientific Aspects of Marine Environmental Protection) se ha demostrado que los contaminantes asociados a microplásticos tienen la posibilidad de alterar procesos fisiológicos como la regulación hormonal, el sistema inmune, la división celular, etc.
(Imagen de M.Danny25, Wikimedia Commons)
Por otro lado la IARC (International Agency for Research on Cancer) en su listado donde clasifica elementos cancerígenos, incluye plásticos como algunos componentes o derivados del cloruro de vinilo (Grupo 1, “cancerígeno para seres humanos”), el estireno (Grupo 2A, “probablemente carcinógeno para los humanos”) o de los ftalatos (Grupo 2B, “posiblemente carcinógeno para los humanos”). Recientemente también se ha podido observar una mayor cantidad de microplásticos en heces en personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII).
Fuentes: https://www.scielosp.org/article/resp/2019.v93/e201908064/
https://repositorio.upn.edu.pe/bitstream/handle/11537/25950/Revisi%c3%b3n%20Sistem%c3%a1tica%20-%20Gasta%c3%b1adu%c3%ad%20Yica.pdf?sequence=1&isAllowed=y
0 comentarios