Las condiciones en las que el agua residual de la población llega al mar condiciona en gran medida el estado del mar en el que se vierte, además de los diferentes ecosistemas asociados. Los organismos públicos encargados de gestionar estos vertidos son los Ayuntamientos, los cuales tienen entre sus competencias el saneamiento de las aguas, así como el control y la vigilancia del alcantarillado, mediante un plan de control y vigilancia permanente de todos aquellos usuarios de los diferentes puntos de vertido o depuración, que asegure un uso de la red de alcantarillado y saneamiento acorde con la normativa vigente.

A pesar de esto, hemos observado que, en múltiples ocasiones, los Ayuntamientos no hacen todo lo posible por que el agua residual, que se vierte en los afluentes y que después llega al mar, lo haga en las mejores condiciones posibles. Así como, en ocasiones se produce por una falta de voluntad, a menudo surgen problemas derivados de las competencias de gestión además del componente económico, como, por ejemplo, la falta de un presupuesto suficiente para construir una depuradora de aguas residuales que cumpla con los requisitos del Organismo de Cuenca. 

(Photo Landa, flickr)

Estos conflictos se hacen especialmente visibles cuando se dan precipitaciones intensas en poblaciones cercanas a la costa donde barrancos y afluentes se ven desbordados y colapsados cañas (una especie invasora) y residuos que se acumulan agravando la situación y desembocando en el mar todo tipo de materiales y  en el momento en que se dan estos fenómenos es cuando las entidades locales reclaman medidas a los Organismos de cuencas, además de pedir subvenciones, por lo que las medidas se pierden en procesos administrativos complejos y lentos.

(Proyecto Agua Sanabria, flickr)

En The Isbjorn Collective reivindicamos que, las entidades y las empresas que gestionan el tratamiento de aguas, deberían tener un presupuesto que contemple estas situaciones y que garantice un control exhaustivo de los vertidos y una limpieza regular de los diferentes cursos de agua, así como una educación ambiental que conciencie a la población de que afluentes como barrancos y ríos no son vertederos donde deshacernos de todo tipo de basuras.