Cuando se habla de contaminación, muchas veces se tiende a  pensar que se trata de un problema de tal magnitud que se escapa de nuestras posibilidades el poder hacer algo al respecto para revertir la situación, pero es necesario cambiar este tipo de pensamiento y ser conscientes de que, si personalmente hemos visto la necesidad de hacer pequeños cambios en nuestros hábitos, existe mucha más gente que también ha pasado por ese cambio de mentalidad, e incluso que estas acciones personales pueden inspirar a mucha más gente de nuestro entorno.

Una muestra de esto, la podemos ver en como se ha extendido y asentado el mensaje de las tres R’s: Reducir, Reciclar y Reutilizar, una práctica individual y voluntaria que cada vez está más normalizada en nuestra sociedad. Vemos cómo incluso se han añadido más R’s como son Rechazar y Reparar.

(Imagen de CNFL, flickr)

Hemos de ir un poco más allá y ser conscientes de que hay productos que pueden  contener microplásticos como pastas de dientes, detergentes, exfoliantes, etc., por lo que debemos procurar hacer una compra consciente.

Hace años comprar de forma sostenible era algo que requería mucha búsqueda y esfuerzo, pero, hoy en día hay muchas empresas creando productos que pueden sustituir perfectamente muchos utensilios, envases y objetos en general, de forma que no tenemos que dejar de usarlos, sino que bastaría con reemplazarlos, con la ventaja de ser productos más resistentes y duraderos, de esta forma, utilizando materiales biodegradables como el bambú, el cartón, la madera e incluso materiales hechos con algas.

Teniendo en cuenta que es prácticamente inevitable acabar consumiendo plásticos a través de los propios alimentos, si que es posible reducir este consumo, evitando poner en contacto nuestros alimentos con envases de este material.

Una adecuada gestión de los residuos plásticos a través del reciclaje o la reutilización, es una acción individual clave para mitigar los efectos nocivos de este material en el medio ambiente.

(Imagen de Canadianmanufacturing.com)

Pero el hecho de cambiar el tipo de consumo es algo que va a hacer que poco a poco se dejen de fabricar objetos de plástico que realmente no se necesitan y cuyo perjuicio no compensa sus posibles beneficios.